Jörg Schmadtke y Jörg Berger: “Tengo que decirles algo: tengo cáncer”.

En 2002, yo era entrenador del Alemannia Aachen, y Jörg Berger entrenaba un equipo que, por aquel entonces, tenía buenas posibilidades de ascender a la Bundesliga. A principios de noviembre, estábamos cerca de los puestos de ascenso y jugamos contra el Union Berlin un viernes por la noche. Ya ganábamos 2-0 al descanso, y poco después del comienzo de la segunda parte, pusimos el 3-0. Al final, todo apuntaba a una victoria cómoda cuando Berger se volvió hacia mí poco antes del pitido final: «Jörg, tengo algo que decirte. Me han hecho una prueba: han descubierto que tengo cáncer».

Pensé haber oído mal: "¿Qué?". Pero así era, bastante lacónico. La tensión del partido había desaparecido, así que pensó que era una buena oportunidad para desahogarse. Después del partido, tuvimos una larga conversación sobre qué era lo mejor para él y cómo debíamos gestionarlo como club. Tres días después, anunció que tenía cáncer de colon y que se sometería a cirugía y tratamiento.

Lo apoyamos, por supuesto, incluso lo llevamos con nosotros a la concentración invernal en Turquía dos meses después. También era importante para él que recuperara su propósito. Solo podía salir al campo una vez al día porque seguía debilitado por la quimioterapia. Pero era importante que simplemente estuviera allí. Por él, pero también por nosotros. Su segundo entrenador, Frank Engel, se hizo cargo del trabajo, y el equipo, que al principio estaba muy conmocionado, luego se recompuso con el lema: "Lo superaremos por el viejo". Por supuesto, los jugadores también hablaron de otras cosas en el vestuario durante ese tiempo. Como suele suceder: cuando estás en la rueda del hámster, intentas mantener las cosas en marcha de alguna manera. Cuando te enfrentas a algo tan existencial, las cosas rápidamente se relativizan.

Esa es una situación similar a la que vivimos ahora mismo. En el fútbol tenemos una comunidad, que en la mayoría de los casos no lo es realmente, porque al final todos competimos entre nosotros, y a menudo con tácticas difíciles. Pero cuando Jörg Berger enfermó y anunció que tenía cáncer, fue increíble la cantidad de gente que lo contactó, lo animó y le ofreció ayuda práctica. Si lo necesitas, contáctame. Si puedo ayudarte con un médico, házmelo saber. Si necesitas hablar con alguien, puedes contactarme en cualquier momento. Este tipo de comentarios provinieron de muchísima gente: entrenadores rivales, directores técnicos, exjugadores suyos, de todos lados. Me quedé atónito y pensé: después de todo, mucha gente tiene un buen equipo.

Me conmovió profundamente la estrecha unión de esta comunidad heterogénea y su consolidación como comunidad solidaria. Los sanos cuidaban de los enfermos, los fuertes de los débiles, y eso es sin duda algo que debería contar hoy en día.